viernes, 13 de febrero de 2015

“3 formas originales de dejar a tu novio el día de San Valentín”

Mañana es San Valentín, y como nunca he estado muy de acuerdo con ese día y tampoco soy subcontrata de “El corte inglés”, no voy a escribir sobre “Cómo celebrar el mejor San Valentín de vuestras vidas” o “Qué regalarle a un novio por San Valentín”.

Como siempre a la contra y basándome en la película “Cómo perder a un chico en diez días”, voy a daros “3 formas originales de dejar a tu novio el día de San Valentín”

1. Prepárale una cena romántica: Decora el lugar de la manera más bonita posible, pétalos de rosa recorriendo el pasillo, perfume y ábrele la puerta con el conjunto de ropa interior más sexy que hayas encontrado en los chinos de tu barrio. Y cuando suene el timbre, le abres la puerta sugerentemente, le miras a los ojos, y…seguido le cierras las puerta en las narices y le dices desde el otro lado de la puerta “¡Tío! ¿Qué coño haces aquí? ¡No te esperaba!”.

Y luego te das el manjar tu sola mientras él se marcha a casa pensando en que le has preparado una sorpresa estupenda a otro hombre/mujer que no es él. Te aseguro que no te volverá a llamar jamás en tu vida.

2. Le escribes una “Carta de amor”:

"Amado ________,

Aún recuerdo el día que te conocí. Acababa de dejarlo con mi novio (Sí, el futbolista, ese moreno, guapo y alto. El que compaginaba el fútbol con la ingeniería. Sí, ese.) Y entonces apareciste tú. Y me dije a mi misma. ¿Por qué no?

Por qué no intentarlo con alguien diferente a todos mis anteriores novios. Alguien “majo”.

Mis amigas me decían: “Venga tía, si total, no tienes otra cosa. Además, mejor que sea feo. Así no te lo quitan”.

Pero yo dudaba y pensaba, ¿Y si me vuelven a partir el corazón? Pero al final me lancé. Y míranos ahora. Dos años juntos.

Dos años fantásticos, estupendos, felices. Los mejores dos años de mi vida. Así que te doy las gracias por este tiempo y por ayudarme a superar el miedo al amor. ¡Voy a buscarme a alguien mejor!

HASTA NUNCA

PD. Siempre tendrás una amiga en mí"

3. Puedes… ¡Regalarle tiempo! Tú le dices: “Cariño, mi regalo de este año va a ser muy especial”. Él se entusiasmará y te dirá: “¿Qué es cuchufletilla mía?” y entonces tú le contestarás: “Te regalo tiempo. Tiempo para jugar al fútbol. Tiempo para leer. Tiempo para escribir. Tiempo para ir al cine…”

No os preocupéis si se queda un poco atontado: “Ca-Ca-Cariño, ¿Y qué es eso?

Entonces tú le dirás: “Podemos no vernos en no sé, (unos 10 años) y todo ese tiempo lo puedes disfrutar para tus cosas. Oye, y ya me contarás que tal”. Y ya tu puedes irte a casa a ver las mejores películas de los 80.

Espero que os sirvan estas tres maneras de dejar a tu novio dejándole tan aturdido y confuso que se irá de vuelta a casa pensando en si es una broma o de verdad le habéis dejado.

Tras unos cuantos días se dará cuenta de que no le habéis vuelto a llamar o que no respondéis a sus llamadas y ya entenderá todo.

Y además, dentro de muchos años contará como anécdota: “Oye, pues yo tenía una novia que me dejó de una manera muy extraña” y se acordará de vosotras toda su vida.

7 Razones por las que las películas de los 80 son las mejores

Ya, ya sé que llevo mucho tiempo desaparecida. Pero eso no es malo, es una buena noticia porque significa que estoy significativamente ocupada (valga la redundancia). 

En cuanto he tenido un ratito no he dudado en escribir algo, porque esto no se acaba, esto no es el fin, ni el principio, esto es un soporte para nada más y nada menos que contar mi humilde experiencia de vida, mis opiniones poco objetivas, o mis paranoias dignas de “Alice in Wonderland”. 

En este tiempo, me ha surgido una pregunta y una reflexión: ¿Por qué las películas de 1980 son las mejores de la historia? 

¿Es una pregunta friki? Puede. ¿Es una opinión compartida? No lo creo. Pero es mi opinión de persona y no de “intento de profesional”. 

No sé que tienen las películas de los 80 que enganchan hasta tal punto que se convierten en un referente en tu vida, así que voy a decir “7 razones por las que las películas de los 80 son las mejores”

  • La calidad de la imagen: En una época donde nos vemos dominados por el HD y por la imagen nítida y perfecta, personalmente se añora esa extraña textura de imagen y esos colores característicos tipo pastel. 
  • La tecnología del futuro: No se sabe muy bien por qué los creativos, los guionistas y los directores de los 80 no querían desechar la televisión con culo. Finalmente, pocos han conseguido dar en el clavo al imaginarse los avances tecnológicos. Pero tengo que decir que prefiero el futuro cinematográfico, que el que tenemos en la realidad. ¿Quién no querría que Michael Jackson le sirviera una Pepsi a través de una de esas “televisiones super modernas con culo”? ¡Es más! Daría lo que fuera por tener unos robocordones y no tener que luchar por salvar el medio ambiente ni los derechos humanos. 
  • El estilismo de los actores y actrices: Sin duda con el tiempo hemos ido perdiendo gracia. Dónde quedaron esas botas que vestía Julia Roberts en Pretty Woman, y sobre todo, cuántas marcas de laca se habrán arruinado desde principios de los 90 son datos que desconozco. Pero sin duda me permito proclamar mi fanatismo por el pelo cardado, la chupa de cuero y el chicle en la boca.
  • Los móviles: Antes los móviles no eran como los de ahora, no eran pequeños, no eran frágiles, no eran en color. Eran grandes, grises y con una antena que llegaba casi casi hasta la posición de tu interlocutor. ¡También lo podías usar como pelota, porque aunque lo hicieras botar, no se rompía! 
  • Los ordenadores: ¿Alguien recuerda el juego al que jugaba Josh antes de convertirse en un ejecutivo en Big? Genial. Pantallas negras, letras azules y verdes, y cuadradas. Estupendos ordenadores capaces de guardar los secretos más escandalosos de la CIA. 
  • Las familias: No sé si es mi impresión, pero el índice de natalidad ha debido descender en los últimos diez años, al menos dentro de la gran pantalla. Las familias de los 80 eran más bien numerosas y compuestas por personajes de lo más dispares. Teníamos a la hermana guapa, a la hermana inteligente, al hermano rompe corazones, al tío o vecino que casi es como de la familia. 
  • Las aventuras: Resulta que en los 80 las familias tenían bajo sus casas metros y metros de viejas cuevas, tesoros escondidos, magia y otras muchas cosas más, pero lo mejor de todo era que ellos habían vivido ahí toda su vida, y no descubrían el secreto hasta que pulsábamos el “play”. Las aventuras te esperaban a la vuelta de la esquina, sin moverte del sofá: Extraterrestres que caían por casualidad en el cobertizo, o pequeñas criaturas que después de una media noche hambrienta o húmeda se convertían en monstruos con ganas de liarla parda. 

Tengo otras cuantas razones por las que las películas de los 80 son las mejores, pero no quiero acaparar todas ellas, porque vosotros también tendréis vuestras razones: 

¿Por qué las películas de los 80 son las mejores según vosotros?